Gay Erotic Stories

Hablando con un amigo de "cines", me recomendó que vaya al ..."X"... y a ese me dirigí un día. El acomodador me indicó una hilera de butacas, y como no veía nada, por el cambio de luz, me senté y esperé a que mi vista se acostumbrara; cuando esto sucedió, comencé a mirar a mi alrededor y vi algunos tipos, todos en actitud de estar viendo la película. Al rato me levanté y empecé a buscar el lugar donde estaba la acción. Descubrí una escalera, subí, y allí el ambiente era otra cosa; podían escucharse gemidos, sonidos característicos de una boca chupando "algo" y exclamaciones de placer. A tientas me ubiqué contra una pared, tratando "ver" algo de lo que estaba escuchando. Finalmente encontré un lugarcito medio arrinconado, donde pude ver a un tipo agachado chupándole la verga a otro, el que parecía estar muy excitado por los sonidos que emitía. A su alrededor había otros que trataban de obtener el mismo tratamiento, o simplemente tenían sus pijas en la mano y se la acariciaban; entre ellos, alcancé a distinguir a un flaco y me quedé observándolo. A todo esto, los dos que estaban en plena acción, se movieron de lugar, y yo aproveché para ponerme más cerca del flaco. Enseguida él también se cambió de lugar, y quedó al lado mío, y de a poco empezó a tocar mis piernas. Como yo lo dejaba, siguió con la franela que ahora se dirigía hacia mis nalgas y a mi bulto; lo miré dándole a entender que estaba todo bien, y entonces sus manos comenzaron a explorar todo mi cuerpo, y de a poco fue desprendiendo mi ropa para poder meter sus manos y acariciar mi piel. Yo ya volaba de calentura y también quise pasarle mis manos por su cuerpo, pero no me dio tiempo; bajó mi pantalón junto con el slip, y poniéndose en cuclillas, comenzó a pasar su lengua por mis nalgas y de a poco la dirigió hasta mi zanjita buscando mi ano. Traté de abrirme lo más posible de piernas para dejarle el camino libre, y ahí sí... ¡qué chupada de orto me dio! a la vez que con una de sus manos acariciaba mis huevos y mi pija que estaba durísima. Después de un rato de estar metiendo su lengua, lubricando y dilatando mi ano, se incorporó y mientras frotaba su verga contra mi raya, me preguntó al oído si estaba listo para que me la pusiera. Como puede le contesté que sí, que lo hiciera y pronto. No se hizo rogar, y de un solo envión me enterró su lanza; di un pequeño respingo, y él se quedó quieto unos instantes, esperando a que yo me acomodara mejor y me acostumbrara a esa invasión repentina. Como pude me incliné un poco, y él tomándose de mis caderas, empezó con los movimientos de entrar y salir. Yo gemía por el placer que me estaba dando ese guacho. A todo esto, un chico se acercó y sin decir nada, se prendió de mi verga y le dio sus buenos lengüetazos haciéndome gozar más aún. En eso veo que detrás del chico se estaba acomodando un tipo que al ratito también se lo estaba cogiendo y con movimientos fuertes, que yo sentía en mi verga. Sentir que me cogían y ver cómo se cogían al que estaba prendido de mi pija, me hicieron explotar; intenté sacar mi pija de la boca del chico, pero éste estaba tan prendido, que largué toda mi leche en su interior; él siguió chupándomela. El flaco que me cogía se dio cuenta de que yo había acabado por mis gemidos y por las contracciones de mi esfínter sobre su verga; acelerando sus embestidas y resoplando en mis oídos, quiso acabar. Giré un poco mi cabeza y le pedí que lo hiciera sobre mis nalgas, y me dio ese placer; en pocos segundos sentía correr por ellas su tibia leche, que luego desparramó bien, y llevando su mano hacia mi pija, comprobó que aún estaba parada, la sacó de la boca del chico, y empezó a pajearme con fuerza hasta hacerme terminar otra vez. Las piernas me temblaban y tuve que apoyarme contra la pared para no caerme. El flaco se acomodó la ropa, me dio un beso y se fue. Yo me quedé un rato más recuperando el aliento y viendo como seguían cogiéndose al chico, que parecía estar a disposición de todos, ya que otro tipo que andaba por allí se lo estaba garchando ahora, y él había encontrado otra verga para chupar. Me acomodé la ropa, me senté un rato, y después salí de ese cine, agotado, pero con una satisfacción terrible. David, hammer69@starmedia.com Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. To the best of our knowledge it meets our guidelines. If there are any concerns please e-mail us at: CustomerService@MenontheNet