Me llamo Manuel G. O., tengo 28 años, pero cuando tenía cerca de siete años un día jugando con mi vecino Carlos que tendría la misma edad, nos encontrábamos en la parte trasera de mi casa, se le ocurrió a el que uno de los dos se acostara con la cara hacia abajo y el otro se pusiera arriba pero con los pantalones abajo, por supuesto a mi me tocó ser el de abajo. El Carlos se monto por un momento, serían uno o dos minutos, no introdujo su miembro pues a esa edad la teníamos muy pequeña, creo que lo hicimos por explorar nuestro cuerpo porque no recuerdo saber a esa edad sobre sexo, pero cuando se levantó corrió y no pude hacer lo mismo con el. Vivo en Zacatecas México, es una ciudad y un país con ideas demasiado machistas, y el barrio donde me crié no era la excepción, paso el tiempo y el suceso en silencio, mi vecino Carlos les contaba a sus amigos lo que me hizo, no se lo tomaban a mal por el contrario sentía esas risas entre dientes que me hacían sentir muy mal, le tenía mucho coraje y ganas de golpearlo, yo ya no me juntaba con el pero me daba miedo que les contara a mis vecinos que si eran mis amigos. Alrededor de los 18 años ya me daba unas masturbadas riquísimas viendo revistas pornográficas de mis amigos, revistas teniendo sexo mujeres con hombres, pero una ocasión volvía a ver a mi vecino y sentí nuevamente ganas de golpearlo y vengarme, se me ocurrió un plan; lo invitaría a ver la T. V., lo tumbaría y me lo cogería, así no seguiría contando lo que sucedió antes. Lo espere, pues trabajaba en la construcción y serían como las 6:00 p. m. cuando lo vi acercarse, el corazón casi se me salía, cuando pasó junto a mi le dije: –Carlos ven-. El sonrío sátiramente y se acercó. – Ven entra, te voy a enseñar algo-. Carlos entró nos pusimos a ver la T. V., yo después de estar un momentito (que se me hizo eterno) sentado junto a él, empezamos a jugar luchitas, yo quise tumbarlo pero no podía, el me pregunto -¿Qué intentas?-, Y yo que no había resultado mi plan, le respondí –Quiero mamártela. –Eso me hubieras dicho desde un principio, esta bien, pero no le vayas a contar a nadie-, (que irónico, eso es lo que hacia el) se bajo el cierre de su pantalón, se sacó una verga blanca paradísima, recuerdo que sus venas casi le reventaban de tan parada que la tenia, era una verga sin circuncisión pero se le pelaba muy bien, ya no era esa pequeñez de años atrás, era mas grande que la mía, se acostó y se la comencé a mamar, nunca lo hice antes pero creo que estuvo bien, pues el solo gemía, yo no sabía que hacer me comía su cabeza, le mamaba por un lado, luego los huevos, no podía hacer todo a la vez, no cabía en mi boca todo, era una sensación nueva, nunca creí hasta ese momento verme mamando una verga. Duramos un buen rato así, después el me pidió que me bajara los calzones y me acostara, el se trepó en mi, me abrió las piernas e intento metérmela, pero les recuerdo que estaba muy grande, yo solo sentía en mi ano algo grande, duro, suave, pero que intentaba meterse. No pudo meterlo, se la masturbe me dejó la cara llena de espermas, era la primera vez que tenia en mi cuerpo espermas de otro, se abrochó su pantalón y se fue. No quedé conforme, no se logró mi plan, así que lo esperé al día siguiente, en cuanto le hablé se acercó, ya sabia lo que sucedería, entramos a mi casa, ahora si, directo a lo que habíamos hecho un día antes, hablábamos poco, el se bajó los pantalones y le di nuevamente una gran mamada, recuerdo ese sabor que tenía su líquido lubricante que sale cuando estas muy caliente, me pidió que me acostara volteando hacia abajo, el rozaba sus dedos contra mi culo virgen, yo solo estaba a la expectativa, Carlos se acostó sobre de mi, sentí como con su mano apunto su verga contra mi culo, por mas que sentía que intentaba meterlo no podía entrar, no imaginaba que pudiera entrar, me pedía que con las manos le ayudara a separar mis nalgas, creo que no podía porque yo estaba nervioso, pero en un descuido sentí como me la metió sin piedad, sin lubricar, se apoyo de mi cabeza y me la dejo ir de un jalón, sentí un gran dolor que hasta hoy me da escalofrío, quise gritar con todas mis fuerzas pero solo fue un grito sordo, el no me dejó, me tapó la boca, me dijo que no me moviera porque el dolor sería mayor, además de que no podía hacerlo era dolorosísimo y menos con el arriba, yo creo que en algún momento le salió a su verga ese líquido lubricador permitiendo que su grandísima verga que no cabía en mi boca ni podía meterse en mi culo se abriera paso desgarrando mis intestinos, mis sentimientos eran encontrados, pues me encantaba su verga desde la mamada de un día antes, pero la odiaba a la vez por el dolor que me provocaba, Carlos continuo con movimientos pélvicos que hicieron que se me olvidara un poco mi dolor y se transformara al sentir mayor agrado, se quitó hasta que me dejó sus espermas dentro de mi, mis calzones los tiré porque quedaron llenos de sangre y del esperma que escurría de un culo acabado de romperse, abierto y lastimado, dure como una semana que no me podía sentar, me dolía mi culo al ir al baño, después de una semana y que paso el dolor lo busque nuevamente. Esa experiencia ha marcado mi vida, si quieres compartir algún comentario conmigo, o te sucedió algo semejante escríbeme.