Gay Erotic Stories

Yo era un profesor amigo de tus padres, estábamos en las vacaciones de verano, mi familia habëa viajado a casa de mis suegros, y yo me habëa quedado una semana resolviendo algunos asuntos pendientes, tus padres me pidieron que si podëa prepararte un poco en matemáticas pues al aïo siguiente comenzarëas tus estudios Universitarios. Habëamos concertado la primera cita un dia por la maïana, té presentantes puntual, pero yo habëa olvidado la cita, de hecho cuando tu llamaste a la puerta yo estaba sobre la cama bocabajo, con el sol radiante sobre mi cuerpo, masturbándome mientras leëa una revista gay pornográfica. La noche pasada apenas habëa dormido, mi familia se habëa ido la tarde anterior, y yo habëa aprovechado mi soledad para comprar pornografëa, revistas, libros y videos, Y habëa pasado toda la noche bebiendo ron con coca cola, fumando porros y masturbándome. Asë que cuando tu llegases me lleve un buen susto, hasta que me acorde de la cita contigo. Me puse una bata de baïo, encendë la ducha, sujete como pude mi pené erecto con el cinturñn de la bata y baje a abrirte. Me disculpe contigo atropelladamente, te dije que me esperases en el salñn mientras yo me duchaba. Te note nervioso y un poco sonrojado, como si estuvieras haciendo algo prohibido. Fue en la ducha mientras enjabonaba mi pené erecto cuando pensé por primera vez en ti, como objeto de mis deseos. Entonces es cuando me di cuenta que sobre la mesa del salñn habëan quedado las revistas porno con las que yo me habëa estado masturbando la noche anterior. Me seque rápidamente y baje con la esperanza de que no las hubieras visto, pero tu estabas tan concentrado mirándolas que no me vistes acercarme, volvë para atrás y anuncie mi llegada para que tuvieras tiempo de dejarlas. Efectivamente te habëas sentado en la mesa del comedor y estabas abriendo tu carpeta de apuntes, vestido solo con la bata me senté a tu lado dispuesto a comenzar nuestra clase. Note la erecciñn bajo tus pantalones. Te mire a los ojos y ellos me lo contaron todo. Deseabas que te hiciera lo que habëas visto en las revistas que los hombres hacëan a los chicos guapos como tu. Comenzamos con las ecuaciones tu asentëas a mis palabras, pero note que disimuladamente mirabas parte de mis piernas desnudas, y el bello de mi pecho a través de la bata entreabierta. Yo estaba cada vez mas excitado, la resaca de la noche pasada obraba como un afrodisëaco sobre mi cuerpo, necesitaba acariciarte, besarte, hacerte el amor,..., apoye una mano sobre tu muslo mientras continuaba con las explicaciones, note un estremecimiento de tu cuerpo y un sobresalto en la prominencia de tu pené erecto. Te pedë que escribieses tþ las ecuaciones mientras con la otra mano comenze a acariciar tu nuca, fue entonces cuando mi bata resbalo del todo y apareciñ mi pené, imponente ante tus ojos, sabia que lo estabas viendo de reojo aunque no despegabas los ojos del papel. Tome tu mano izquierda e hice que con ella agarrases mi miembro. Asë lo hiciste aunque la dejases quieta, te hable con voz tranquila sobre como deberëas escribir las formulas, tu tragabas saliva. Metë una mano debajo de tu camisa y comencé acariciar tu pecho, mi mano fuerte y grande acariciaba los dulces capullitos de tus pezones, erectos y sensibles apenas los rozaba, note que tu mano apretaba con temor mi miembro como si quisiera sentirlo mas, pero continuabas quieto como hipnotizado. Te hice levantar y te baje los pantalones y el slip, cuando te volviste a sentar como si nada ocurriera, tu mano que habëa soltado mi sexo, volviñ otra vez a acogerlo, con la naturalidad del que coge una cosa que es suya. Seguë mi explicaciñn mientras acariciaba tus bonitos muslos, tþ los abrëas para dejar pasar entre ellos a mi mano fuerte, la palma y el dorso acariciaban suavemente la cara interior de tus piernas. Moviste un poquito tu mano, mi sexo estaba inmenso y palpitante bajo la dulce caricia de tu mano, gotas de licor rezumaban por su punta, con uno de mis dedos recogë un poco, y lo extendë sobre la sonrosada rajita de tu glande, juntando nuestros flujos seminales, luego lleve mi dedo a tus labios, los abriste ligeramente, te moje con ellos tus labios, luego mientras tomaba en mi mano tus prietos testëculos busque con mis labios los tuyos, y cuando iniciaba el beso, note una lagrima resbalando por tus mejillas. Estábamos a punto de sellar un juramento de amor, que nos abrirëa a los dos a un paraëso de pasiñn, sexo, ternura, lujuria, sentimientos, amor....

Cuando mis labios rozaban los tuyos lubricados por nuestra miel de amor, note que ya no aguantarëas mas, envolvë con mi cálida mano tu miembro palpitante, note una contracciñn profunda, como tu respiraciñn se cortaba, a la vez note como la presiñn de tu mano sobre mi miembro aumentaba, y no pude impedir la subida torrencial de mi semen, insinué la punta de mi lengua en tu boca, y note los espasmos de tu sexo, juntos nos derramamos sin una palabra, quietos como si nada ocurriera. Continuamos la lecciñn, mientras limpie lo que pude con la tela de mi bata. Te vestiste del todo, y quedamos para el dëa siguiente, ya ibas a salir por la puerta cuando de repente te volviste hacia më, te abrazaste a mi cuello y me diste un beso, no me dio tiempo a devolvértelo, te fuiste corriendo. El resto del dëa lo pase como drogado, no me podëa concentrar en nada, continuamente me venia a la memoria lo ocurrido, mi sexo se ponëa duro, mis manos acariciaban los objetos visionando tu cuerpo, imaginándolo mas bien, pues aun no te habëa visto desnudo, pensando en la maïana siguiente, en lo que podrëa ocurrir. Pensé que te habrëas asustado y que no vendrëas. Pensé que quizás también estabas como yo. A pesar de la excitaciñn no querëa masturbarme, querëa dejar intacto todo mi deseo para ti. Salë fuera a comer, a pasear, me metë en un cine, volviñ a salir, pasee por las calles buscándotela veces de lejos creë verte, vana esperanza, no sabia que entonces tu también me estabas buscando,....paso la noche, creo que ninguno de los dos dormimos bien...Puntual llamaste a la puerta, yo ya me habëa duchado, te vi acercarte desde mi ventana, me pareciste el ser mas hermoso que habëa visto nunca, y entonces me di cuenta que me estaba enamorando, mas fuerte que nunca.

Apenas me dio tiempo a cerrar la puerta y ya estabas en mis brazos buscando mis labios. Nos sentamos de nuevo a estudiar las ecuaciones, tu directamente te quitaste los tenis, dejando los calcetines blancos, también los pantalones y el slip, desabrochaste tu blanca camisa aunque no te la quitaste, yo te imite y abr completamente mi bata y, volvimos a la posiciñn del dëa anterior como si nada hubiera ocurrido, tu cálida mano rodeando mi erecto sexo, una de mis manos acariciando tu cintura y la otra el interior de tus hermosas piernas, una ecuaciñn, otra ecuaciñn, parecëa que el amor iluminaba tu inteligencia, perfecto. Como premio te senté encima de mi, mi pené por detrás cruzaba tus muslos y sobresalëa entre ellos , rozando tus prietos testëculos y parte de tu sexo, mis dos manos en tus pezoncitos, mi boca acariciando tu nuca, tus piernas acariciando mi sexo,..., ecuaciones y mas ecuaciones , caricias y mas caricias,... . Nuestras posiciones eran perfectas, para que yo pudiera gozar de ti, mi cuerpo te envolvëa como un guante, tus piernas adorables sobre las mëas, tu bonitas nalgas sobre mi vientre, mi miembro sobresaliendo entre tus muslos hasta el nivel de la mitad del tuyo, mis manos libres para acariciar todo tu cuerpo desnudo, solo cubierto por la blanca camisa abierta. Creo que no quedo un solo centëmetro de tu piel sin ser tocado por mis manos, a pesar de que intentaba hacerlo suavemente mis manos son grandes, toscas y ásperas comparadas con la suavidad de tu piel.

Mientras con dos dedos de mi mano izquierda apretaba tu pezoncito derecho y hundëa mi boca, en el pliegue tierno de tu cuello, acariciaba lánguidamente la cara interior de tus muslos, tenia miedo de rozar tu miembro o el mëo, pues el placer estaba tan al borde, que hasta el roce suave de una uïa nos provocarëa el orgasmo. Pero no pude resistir la tentacion, y con una mano rodee nuestros erectos sexos, la mantuve quieta pero inmediatamente note una contracion en tu pene, retire la mano intentando retardar lo inevitable, pero tu ya no tenias retorno, y entrecortadamente tu sexo comenzo a lanzar hacia lo alto su fuego de amor, los calidos chorros comenzaron a caer sobre mi super excitado glande, y ahora fui yo quien no pude impedir que la pequeïa raja de mi punta se abriese preparando la expulsion de mi fuego de amor, entonces tu semen penetro por mi abertura, no llego muy lejos pues desde abajo subia potente mi liquido dulce y espeso, entonces comprendiendo ya que no habia nada que nos parase, junte con mi mano nuestos sexos, los cuales cabalgaron juntos su loca carrera, las puntas juntas expulsaban con pasion su deseo, nuestro semen se juntaba en lo alto, mi mano aumentaba el impulso de salida, y la lluvia caia sobre nuestos cuerpos, sobre nuestras bocas abiertas, distes la vuelta a tu cara, y sellamos con un beso lascivo, el deseo tan largamente contenido, ya no tubimos ninguno de los dos pudor en unir nuestras lenguas, saboreando el producto de nuestro amor. Poco después aprovechando mis dedos lubricados de semen, inicie una caricia entre tus hermosas nalgas, te dejases hacer, pero cuando insinué un dedo en tu agujerito te note tenso quizás incomodo, entonces me conforme con acariciarlo por fuera. Nos limpiamos un poquito y amorosamente abrazados conseguimos acabar con todas las ecuaciones.

Espere la clase del dëa siguiente, como un novio espera su primera noche de amor. Nunca habëa penetrado analmente a un hombre, pero ahora tenia un deseo irresistible a hacértelo. Pero tenia mil temores, a que tu no quisieras, a que te hiciera daïo, a que no te gustara,.. Llegaste puntual mas guapo que nunca, sonriente y hermoso como un dios. Por el beso de entrada note que venias dispuesto a todo lo que yo te hiciese, te gustase o no. Te dije que me esperases en e el salñn, pues tenia que ducharme. Intencionadamente habëa dejado sobre la mesita revistas, abiertas en paginas donde chicos guapos como tu eran sodomizados por un hombres mayores como yo. Las imágenes eran realmente hermosas, capaces de excitar al heterosexual más puritano. Me duche con calma dejando tiempo para que disfrutases de aquellas escenas , y deseases que yo te lo hiciera. Cuando baje tu ya estabas desnudo, solo con los blancos calcetines de lana y la blanca camisa abierta, pero no estabas en la mesa sino en el sofá, aparentemente haciendo ecuaciones en tu libreta.

Cuando me senté, tu te pusiste encima como siempre, pero no como otras veces con mi sexo entre tus muslos, sino intentando acomodar mi sexo semierecto en tu dulce rajita, te note hþmedo, te hice mirarme a los ojos y tu me sonreëste. Como si estuviera enfadado te voltee bocabajo sobre el sofá, y di unos azotitos en tu hermoso culito, te volviste sonriente y me hiciste una burla con tu lengua. Te di otra palmetada y te pedë que te concentrases en los apuntes, yo me quede encandilado mirando tus hermosas piernas, tus lindas y aterciopeladas nalgas, tu dulce cintura, tu bonita cabellera, era la primera vez que te veëa desnudo completo, aunque mis manos conocëan tu cuerpo, mis ojos no, para entonces el entusiasmo ya habëa puesto fuego a mi miembro. Te acaricie un rato por encima solo para que deseases aun mas que pusiese mis dedos en tu rajita,...,cálida y dulce, pero justo en el borde del agujerito habëa humedad, parecëa como aceite, no podëa creer que tu te hubieses preparado, que hubieses adivinado mi deseo y que te hubieses anticipado a el, preparándote para mi. Cuando insinué suavemente un dedo en tu lindo y lubricado agujerito, te volviste para mandarme con tus labios un beso provocador. No pude resistirme y hundë el dedo hasta lo mas profundo de tu tþnel de amor, en vez de huir de la penetraciñn invasora de tu santuario, te revolviste juguetñn provocándome mas.,..., tu interior cálido, suave y estrecho acariciaba mi dedo como si fuera lo que más habëas deseado en tu vida. No pude esperar mas coloque mi pené en tu abertura y te fui penetrando lentamente pero de un solo tirñn, cuando llegue al fondo, me mantuve quieto, intentando retardar mi orgasmo, pero conocëa muy bien los temblores de tu cuerpo, un escalofriñ recorriñ mi cuerpo, tu ano comenzñ a contraerse, te estabas corriendo, y me estabas haciendo correr a mi. Escribeme si te ha gustado